lunes, 22 de diciembre de 2008

Conductas deplorables


"Una palabra a tiempo puede matar o humillar
sin que uno se manche las manos.

Una de las grandes alegrías de la vida es humillar a nuestros semejantes".

Pierre Desproges


Podría decir millones de cosas al respecto de esta clase de personas. Podría casi hacer una tesis completa.
Personas con la incesante y perturbadora necesidad de humillar al resto delante de otros.
Personas que no pueden sola y simplemente dar su argumentación sin iniciar la frase descatalogando a su interlocutor. Vicio inconfesable que les hace sentirse más poderosos, superiores frente a su séquito de adoradores. Díficiles de descubrir porque manejan el lenguaje del sutil insulto que no todos captan, pseudobromas calculadas que manejan sin pudor. Reforzados por sus seguidores que les ríen las humillaciones como si de dioses se tratara en vez de recriminarles por su falta de respeto. Funcionan bajo la continua descalificación con la que consiguen el aparente autoensalzamiento. Ninguneadores obsesivos que necesitan continuamente hundir y denigrar a los demás. Personas para quienes las palabras neutralidad, empatía y buen juicio no existen.

Como digo podría decir millones de cosas, pero creo que la reflexión citada habla por sí sola. En nosotros queda estar atentos y detectar esta forma de funcionar para repudiarla y denunciarla, y no para felicitarla y reforzarla en una sociedad cada vez más favorecedora de este tipo de conductas. Conductas, sin la más mínima duda, deplorables.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sólo tengo una cosa que decir: MUAJAJAJAJAJAJAJA!!!!
Espero que esto no vaya por mí, sabes que en el fondo te aprecio...

Roxa dijo...

uy madre no! No te voy a decir que no me hayas inspirado,porque mentiría, pero más bien por sufrirlo que por hacerlo!