En un lugar de mi radio de cuyo nombre no quiero acordarme andaba yo escuchando una canción que me hizo recordar unos dibujos de nuestro tiempo.
Por todos conocido pero no muy rememorado en las webs (la verdad es que no he logrado encontrar nada y mi memoria no recuerda demasiado al respecto) este antihéroe español de unas tierras antítesis de las reflejadas en las leyendas que pretendía revivir, fue coloreado y retransmitido por la televisión.
Tal vez la serie no caló mucho (también es verdad que una servidora no había nacido cuando ésta vio la luz), aunque, representadora fiel de la obra magna, nos hizo a todos conocer la historia de los molinos de viento que se convertían en gigantes en la mente del caballero, mientras la voz de su conciencia con imagen de paleto grueso le recordaba que él personalmente, bueno..., no estaba viendo lo mismo. Pero nuestro analfabeto Sancho Panza, fiel escudero, le acompañaba en sus andanzas y aventuras a pesar de salir trasquilado y muchas veces amoratado de todas ellas. Una bacinilla por sombrero y la compañía de su escuálido corcel Rocinante para enfrentarse a los más duros terrores de una mente demenciada y no olvidemos, enamorada, como todo buen reflejo de Arturos, Lancelots y Gawains que se precien, pero de una belleza un tanto inusual representada en la aldeana Dulcinea. El amor es ciego y loco después de todo, dicen. ¿Qué mayor enamorado que alguien como él?
¿Quién es nuestro querido caballero andante dibujado con bigote pelirrojo?
Por supuesto:
Versión animada de la que, como siempre, creo que todos hemos cantado en las noches de nuestras andanzas personales sus cánticos de apertura de la serie. Maravilloso inicio coral para una canción del todo infantilizada (ya me invento yo las palabras y resulta que medio acierto, jajaja).
Evidentemente a muchos sé que os recordará a la canción del Reno Renardo (buenísima) que precisamente extrajo de las profundidades de mi cerebro el recuerdo olvidado de ¡¡¡Sanchooooooooo, Quijote!!! ¡¡¡Quijoteeeeeeeeeeee, Sancho!!!
Por todos conocido pero no muy rememorado en las webs (la verdad es que no he logrado encontrar nada y mi memoria no recuerda demasiado al respecto) este antihéroe español de unas tierras antítesis de las reflejadas en las leyendas que pretendía revivir, fue coloreado y retransmitido por la televisión.
Tal vez la serie no caló mucho (también es verdad que una servidora no había nacido cuando ésta vio la luz), aunque, representadora fiel de la obra magna, nos hizo a todos conocer la historia de los molinos de viento que se convertían en gigantes en la mente del caballero, mientras la voz de su conciencia con imagen de paleto grueso le recordaba que él personalmente, bueno..., no estaba viendo lo mismo. Pero nuestro analfabeto Sancho Panza, fiel escudero, le acompañaba en sus andanzas y aventuras a pesar de salir trasquilado y muchas veces amoratado de todas ellas. Una bacinilla por sombrero y la compañía de su escuálido corcel Rocinante para enfrentarse a los más duros terrores de una mente demenciada y no olvidemos, enamorada, como todo buen reflejo de Arturos, Lancelots y Gawains que se precien, pero de una belleza un tanto inusual representada en la aldeana Dulcinea. El amor es ciego y loco después de todo, dicen. ¿Qué mayor enamorado que alguien como él?
¿Quién es nuestro querido caballero andante dibujado con bigote pelirrojo?
Por supuesto:
Don Quijote de la Mancha
Versión animada de la que, como siempre, creo que todos hemos cantado en las noches de nuestras andanzas personales sus cánticos de apertura de la serie. Maravilloso inicio coral para una canción del todo infantilizada (ya me invento yo las palabras y resulta que medio acierto, jajaja).
Evidentemente a muchos sé que os recordará a la canción del Reno Renardo (buenísima) que precisamente extrajo de las profundidades de mi cerebro el recuerdo olvidado de ¡¡¡Sanchooooooooo, Quijote!!! ¡¡¡Quijoteeeeeeeeeeee, Sancho!!!
