Comenzamos el año con humor...

El humor y las risas que provocan estas tres grandísimas series, totalmente adecuadas a momentos depresivos pues te hacen reír hasta llorar y no poder más.
Grandes actores de verdad, en las tres, que logran dar una personalidad singular a cada personaje, todos caricaturescos y divertidos. Situaciones embarazosas a las que consiguen dar un toque especial con mucho arte y mucho estilo.
Recomendable ver tanto Scrubs como I.T. Crowd en inglés o pierden de una forma increíble. Pasan de ser series divertidísimas a no tener ninguna gracia. Desastroso el doblaje que han realizado en España que ha hecho perder completamente la gran expresividad de los actores.
Un guión inconfundible en cada una que paso a describir brevemente. (Cuidado con lo que continúa no vaya a ser que no queráis saber nada de nada de las historias).

Empezamos con: My Name is Earl

Earl J. Hickey es un delincuente de poca monta al cual, descubrir el "karma" mientras ve un programa en la televisión, le hace replantearse su vida; que comenzará a girar en torno a una lista en la que escribe todas sus malas acciones para intentar enmendarlas. Y así cada capítulo supone la búsqueda de cómo tachar alguna "travesura antigua" de su lista. Para ello contará con la ayuda de su hermano Randy Hickey (bonachón pero sin demasiada inteligencia) y también se verán inmiscuidos, entre otros, su antigua esposa Joy Turner (mujer de un carácter un tanto delictivo y soberbio), su nuevo marido Darnell "Hombre Cangrejo" Turner (un camarero con un pasado inconfesable) y una chica de la limpieza latinoamericana llamada Catalina Aruca (cariñosa y atractiva con también grandes historias del pasado que contar) . Todo ello amenizado por un entorno del característico Estados Unidos "rural" que a veces descubrimos en algunas películas americanas.

Seguimos con: Scrubs

Historia centrada en los hospitales pero sin nada que ver con las series a las que estamos acostumbrados. Todo comienza con la llegada de un nuevo grupo de residentes entre los que destacarán sus protagonistas: John Dorian (también llamado J.D., simpático y divertido estudiante, inteligente pero algo inocente muchas veces), su compañero Turk (estudiante de cirujía, más espabilado que su amigo, carismático y por supuesto también divertido) y Elliot (tercera compañera trastornada y paranoica pero, como no, divertida como ellos). Se cruzarán con personajes como el Dr. Bob Kelso (jefe de medicina avaricioso y con malicia), el Dr. Perry Cox (la pura imagen del sarcasmo y el cinismo pero de gran ética y moral en la medicina), la enfermera Carla Espinosa (algo pedante y orgullosa pero... ¿adivinadlo?... divertida) y el conserje (con algunos amigable, pero que desde el principio cogerá manía a J.D. al que intentará ridiculizar al más mínimo descuido). Todos juntos trabajarán en este curioso hospital al que darán un toque ingenioso con cada una de sus peripecias.

Y terminamos con: I.T. Crowd

Parodia que los informáticos, ingenieros y demás gente del mundillo, seguro, apreciarán. Se desarrolla en el departamento informático de las industrias Reynholm. Departamento situado en el sótano (al que nadie se quiere acercar) cargado de suciedad, desorden y caos en el que trabajan nuestros tres personajes (catalogados por los demás trabajadores de seres inadaptados y bizarros). Topicazos, con cierto nivel de realidad, del extraño mundo de las computadoras que se encargan de mostrarnos Moss y Roy. El uno con grandes conocimientos técnicos pero incapacitado para enfrentarse a la vida cotidiana, y el otro más ducho en temas sociales pero vago y asqueado de la ineptitud de las personas hacia los ordenadores. El toque "normal" lo pone su jefa de relaciones Jen, que se verá involucrada en las situaciones más ridículas imaginables. A su alrededor se encontrarán personajes totalmente extravagantes como Denholm, el dueño de la empresa (con estúpidas iniciativas y sin capacidad de atender a los demás), su hijo Douglas (extrovertido y un poco "macho" con algún que otro juicio pendiente por acoso de mujeres) y el extraño chico gótico Richmond (cuya vida cambió radicalmente el día que escuchó un disco de los Cradle of Filth).

Y aquí queda mi resumen que no refleja ni de lejos lo divertidas y simpáticas que son estas tres series sin igual. Así que, lo mejor que podéis hacer es, ¡¡¡Verlaaaasssss!!!
Y con esto y un bizcocho me voy a ver al monísimo de J.D. (que está para comérselo en Scrubs jejeje).