viernes, 4 de enero de 2008

Una tradición ¿muy nuestra?

Pues qué gracia que una tradición que parece tan española y de algunos países hispanos (principalmente México) no tenga el más mínimo origen español.
Parece que entre las muchas teorías que se cuentan el origen originísimo (vaya palabro me acabo de inventar) está en las saturnales romanas, esas fiestas dedicadas al dios Saturno para que el pueblo romano celebrara los días más largos que se avecinaban tras el solsticio de invierno. (Aunque otras fuentes lo asocian al dios Juno ¿quién sabe?). Y así, elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel que repartían entre plebeyos e incluso esclavos.
Y para el siglo III, introdujeron un haba seca para que aquel afortunado que la encontrse fuese nombrado "Rey de Reyes" durante un corto periodo de tiempo.
Esto, pues ha cambiado un poco actualmente dependiendo del país.
Más tarde, Felipe V importó de Francia a España la tradición de tomar un dulce con sorpresa, pues allá se toma la "Galette des rois" con otra receta y otros ingredientes (en temas de repostería siempre un paso por delante estos franceses).
En nuestro país se ha quedado un pastel con forma de rosca, que parece imitar una corona real, cubierto de frutas escarchadas, que semejan las joyas de la corona y que esconden en su interior una pequeña sorpresa (vamos, una súper figurita espectacular en porcelana que se pueden ver encima de las teles de muchos de nuestros domicilios haciendo que la decoración de nuestras casas se convierta en una estantería de una tienda de veinte duros).
Bueno, al final no es española, pero no deja de ser una receta muy mediterránea. Y ¿qué más da el pasado? Ahora es nuestra tradición y aquí voy a poner su receta para el que quiera destrozar su horno intentándolo (que además se está poniendo el roscón a unos precios que ni las hipotecas de las casas).

Receta del Roscón de Reyes

  • 400 gramos de harina
  • 4 huevos
  • 100 gramos de mantequilla
  • 100 gramos de azúcar
  • 1 cucharada de levadura
  • 1/4 litro de leche
  • 1 cucharada de Agua de azahar
  • Ralladura de corteza de limón
  • Fruta escarchada (calabaza, naranja, guindas)
  • 1 pellizco de sal
  • 1 haba, faba, judía, alubia (o como te dé la gana llamarlo)
  • 1 muñequito sorpresa (por favor, algo elegante, que no le salga un colgante en plasticazo a la gente, un poco de estilo por dios).

En un bol, disolver la levadura en 3-4 cucharadas de leche templada, añadir una cuarta parte de la harina y mezclar bien hasta conseguir una bola de masa blanda. Dejar reposar, tapada y en un sitio templado, hasta que la masa crezca hasta el doble de su volumen (aproximadamente 2 horas).
En otro bol poner el resto de la harina, hacer un hueco en el centro y depositar 3 de los huevos, el azúcasr, el resto de la leche, el agua de azahar y las ralladuras de limón. Trabajar bien con las manos, amasando hasta conseguir una masa fina y correosa. Añadir entonces la mantequilla y seguir amasando hasta que se incorpore a la masa. Entonces incorporar la masa blanda de levadura y amasar bien hasta que todo esté bien mezclado. Espolvorear con harina y dejar reposar, tapada y en sitio templado durante 2 horas.
Transcurrido este tiempo, volver a amasar y sobre la bandeja del horno, previamente enharinada, se deposita la bola de masa, se aplasta y se le va dando forma de rosca, con un agujero central de unos 5 centímetros de diámetro. Se introduce el haba en el interior y el muñequito sorpresa. Se adorna con tiras de las frutas escarchadas y las guindas y con un pincel, se pinta por encima con huevo batido. Se espolvorea con azúcar, se mete en el horno precalentado a 160º y se deja cocer durante 15-20 minutos.

Por favor, acordaos de poner un plastiquito a la figurita, que es harto desagradable tener que chuparla y luego limpiarla bajo el agua y que se queden restos para luego ponerla encima de la tele del cuarto de estar ¡hombre, por dios!

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