Surfeando voy por la vidaaaaaaaaaaaaa!!!

¡¡¡Ayyyyyyyyyyyyy!!! ¡Qué ya se acabaron mis clases y ahora las echo de menooooooooooooosssssssssss! ¿Por quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? ¡Con lo bien que lo pasé! No avancé nada pero como dirían por ahí ¡¡¡Me lo pasé pirataaaaaaaaa!!!

Entre ola y ola, cambios de tabla (a la tabla de inútiles, como digo yo, jejeje), marea baja y marea alta, bajo todas las inclemencias, ¡¡¡ay, creo que logré mantenerme sobre la tabla unas 8 veceeeeeeeeeeesssssss!!! ¡Qué lástima jajajaja!

Pero ha sido toda una experiencia que espero repetir y, si puede ser, continuar. A pesar del dolor de hombros, y codo y de los bonitos peces araña que tienen la maravillosa idea de corretear por la arena para que nos pinchemos con sus púas ¡qué simpáticos! Yo que ni los conocía, de repente noto un pinchazo en el pie muy fuerte, y no le hago ni caso. Cuando mi monitor empieza a preguntar si quería que fuésemos al socorrista y yo pensando "coño, ¡por un pinchazo en el pie de mierda no voy a ir al socorrista, si no tengo nada". Claro, ya sabía bien él lo que era por sus experiencias de pies hinchados y antiinflamatorios. Aquéllo comenzó a pinchar o doler, o picar o la sensación que fuese ésa de forma intermitente, pero muuuuuuchoooooooo. Así que al socorrista a que me echase un líquido y a caminar por la arena caliente (si se puede se recomienda meter el pie en agua caliente). Menos mal que no me debió pinchar mucho porque yo estaba ya ¡a tope! y quería continuar. Así que aguanté el dolor estoicamente y continué la clase. Y bien que hice, porque se ve que, aun con un dedo del pie dormido, el veneno del pez asqueroso me dio energía y fue cuando mejor lo hice. ¡Qué anécdota más graciosa! ¡Yo me meaba! ¡Dolía pero yo cada vez que notaba algo me partía el culo! ¡Qué gracioso! ¡Cuánta amabilidad la del escaramunosequé que lo llaman aquí! ¡Pez feo y malo, malo, malo!

Y para aquéllos escépticos que no se crean que me subí a una tabla de surf pues ahí dejo unas triste-fotos con mi pose antinatural ¡qué triste por dios! en la maravillosa playa de Tapia:

¡Ay qué no puedo que no me dan los brazos para más!

¡Qué lo consigo que lo logro!

No pudo ser. Remando voy por la vida en busca de la ola perdida.

¡¡¡Qué viene, qué vieneeeeeeeeeeeee!!!

Y... ¡¡¡Mucho mejorrr!!!






Poco estilo pero mucho mejor.
Un último intentoooooooooooo y...






...¡¡¡ooooohhhhh, se acabóoo!!! Sólo queda disfrutar de una fresca cervecita con vistas a la playa de Tapia ¿qué más se puede pedir?

(Fotos por cortesía de Noemí ¡muchas gracias!!!)

Y agradecimientos a la tienda Picante Surf de
Tapia de Casariego por permitirme dar
las clases por la tarde y sobre todo a
mi profe Pedro que fue muy simpático y se
portó muy bien con esta torpe alumna.
¡Suerte con tus exámenes y qué sigas
surfeando por mucho tiempo más!