Deshumanizado

"Aunque el cerebelo sigue permitiendo movimientos físicos limitados, tales movimientos no significan nada. Si los actos corporales son violentos y se repiten de forma persistente deberán tratarse como espasmos musculares reflejos, es decir, con tranquilizantes. El cerebro ha sufrido lesiones graves e irreparables. De no estar seguro de esto no le hubiera permitido seguir viviendo. Su existencia no tiene justificación si no es como estudio para ayudar a otros. Cuídenle como si él se enterase de lo que le están haciendo y sintiera el dolor en caso de equivocación. El personal sanitario debe recordar que la atención médica prohibe permitirse toda debilidad sentimental respecto al paciente. Eviten tal debilidad recordando que a un individuo sin cerebro le es imposible tener dolor, placer, recuerdos, sueños o pensamientos de ningún género. Por tanto este joven estará tan carente de emociones y de ideas como lo están los muertos hasta el día en que se reúna con ellos."

Así rezan las órdenes postoperatorias del coronel del cuerpo médico del ejército americano en uno de los grandes clásicos del séptimo arte:

Johnny cogió su fusil

(título original: Johnny got his gun). Película dirigida por Dalton Trumbo en 1971 sobre la obra homónima escrita por él mismo.


Tras una vida plena y feliz, que Joe nos irá mostrando en maravillosos flash-backs a sus recuerdos; por culpa de la guerra y la búsqueda del honor y la gloria, ahora se verá reducido a un cuerpo, un tronco, sin brazos ni piernas, sin cara, ni boca, ni ojos. Una vida destinada a la ignominia. Una vida condenada al ostracismo.

A lo largo de esta reflexiva historia, una grandísima selección de imágenes nos presentará ensoñaciones de Joe cuya única forma de existencia es el pensamiento, cuya única forma de vida son los sueños, los deseos, los recuerdos. Diálogos etéreos con los difuntos en esa encrucijada entre el reencuentro con ellos y la "vida" tal y como la podemos entender (recurso que ya vi utilizar en "A dos metros bajo tierra"). Imágenes ambivalentes que nos dan lugar a diversas interpretaciones críticas de valores como la fe, el infortunio, la desgracia, el amor o la muerte. Un lanzamiento de ideas que nos invitan a pensar y a razonar sobre creencias de una aparente claridad en nuestras mentes.

El toque de humanidad en la película lo dará una enfermera que le tratará como a un ser vivo y buscará la forma de comprenderle y percibirle. Gracias a esa sensibilidad Joe podrá vivir el tiempo, podrá sentirse dichoso por el simple hecho de poder contar los días.
Una película que no requiere de las actuales técnicas audiovisuales, sin música ni sonidos que nos inciten a percibir el sufrimiento, pues la historia habla por sí sola. Con una representación de los actores muy en la tónica teatral del momento. Sólo este tipo de obras maestras con mensaje permanecen vivas por siempre a pesar de los avances.

Al final, ¿quién es menos humano?, Joe, ese ser deformado que siente, que piensa, que sufre, que desea... o aquéllos médicos plenos que, en pos de la investigación, no permitirán concederle ni la expresión de sus anhelos, ni la preciada luz del sol.

Para finalizar, qué mejor forma de mostraros imágenes de la película que con el maravilloso "One" de Metallica y ese comienzo con la bomba que le cae a Joe y que será la cortina de humo que separará su anterior vida plena de su nueva existencia. Puedes cerrar los ojos y sentir en cada acorde la dureza de la historia. Otra de esas grandes obras maestras, en este caso musical, que encumbraron a este grupo y que, personalmente, aunque la oiga cientos de veces, aún me pone los pelos de punta cuando la escucho.