domingo, 9 de marzo de 2008

Capítulo 2º En el restaurante 2005 - A por los platos

Previously in "Míticas cenas de Reyes"...

Le cena continuó con toda la normalidad que fuimos capaces de ofrecer.



Enormes filetes (aunque no tan tremendos como en cenas posteriores) se sintieron observados por nuestras atentas miradas de vidriosos ojos hambrientos.



Mientras algunos, atraídos por los postres, comenzaban a fraguar espeluznantes recetas de dudosa calidadque llevarían a la vida ante nosotros (entre la duda de cuál sería el mejor ingrediente, si el agua o el vinarro).



Otros se contentaban con ridículos platos de patatas entre ocultas carcajadas que se burlaban de su equivocada elección.


Un mundo de fantasía seguía obnubilando la mente de nuestro Guerrero de la Carta de Recetas que permanecía impasible a nuestra incesante llamada.

Las niñas de las flores preparaban su feroz ataque contra las niñas de las setas.









Vs.


Con sus cantos la sarcedotisa plower power intentará invocar al espíritu de la rosa espinosa.









Pero los gigantes manilargos de la seta setosa preparan su defensa.



Cuando la lucha por el poder del orujo estaba a punto de comenzar, la visión de cuatro inocentes chiquillos hizo desvanecerse todas las ansias de batalla. (¡Qué monos estáis, si parecéis jóvenes y todo! jajaja)


El amor comenzaba a pulular en el ambiente, mientras el tierno enamorado delitaba con su recital de sonatas manchegas y su delicada y dulce voz a su amante adorado. El amor no correspondido no fue suficiente para alterar su singular repertorio y librar nuestros oídos de su estruendo. Y, al final, la presencia de este profundo amor contagió al resto de comensales.


(Siento lo poco afortunado de los comentarios, ¡qué vergüenza que me da cada vez que veo el vídeo!)

Nuestro fervoroso creyente no sólo no renegó de sus creencias sino que consiguió captar adeptos a su secta que gritaron a los cuatro vientos cánticos de amor a su nuevo dios.

Una nueva era se estaba proclamando y llegó el momento de brindar por los chupitos de Orujo de Hierbas.









Aunque alguno no se contentaría con un simple chupito, agarrando la botella, la cámara y todo lo que encontrase a su paso. Mientras el chico del amor incomprendido, invadido por el virus altamente contagioso de los besos a discrección, buscaba refugio y cariño en cualquiera que se pasara por delante en un intento por recuperar a través de los celos a su idolatrado caballero andante.

(Vuelvo a pedir perdón por la mierda de comentarios que hice, que cada vez que me oigo me dan los cuatro males, pero tenéis derecho a ver este vídeo, sobre todo el final, que es mítico, aunque si este documento llega a manos de Pepe creo que me lanza por las alcantarillas).

Mientras, desde lo alto, los dioses observaban como la fiesta comenzaba a fraguarse.


Continuará...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jodó qué risas Criss

Eva dijo...

Jua juaaaaaaaas, qué risas nos hemos echado Jara y yo, quere mos más, quere mos más!

Roxa dijo...

¡¡¡Pliiiiimaaaaasssss!!! ¡Qué ilusión de comentarios! ¡¡¡Guapas!!! Ya iré poniendo más (es que me lleva bastante tiempo) porque lo mejor de aquella cena está por llegar, ya veréis, ya veréis...