martes, 10 de junio de 2008

Del orgullo a la mediocridad


Siempre descubro con entusiasmo que muchas de mis reflexiones quedaron reflejadas ya en pequeñas frases de grandes mentes. Y como muchas otras veces fueron pensamientos de Confuncio, gran filósofo y pensador chino, perfecto conocedor de la mente humana y su funcionamiento, en una época en que los pensadores eran alabados y no lapidados en pos del pragmatismo. Y es que es el pensamiento el que desarrolla la acción correcta que debe ser llevada a cabo, pretender la ruta inversa es estancar la evolución. Y reza así este gran sabio:

"El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es orgulloso, pero no digno".

Y es que, como siempre dije, la dignidad no está peleada con la humildad, el orgullo sí. Y hay que ser realmente grande para ser humilde. Es en la dignidad donde se encuentra la virtud. François-Marie Arouet Voltaire nos completó diciendo:

“Aquél que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande".

No es verdadera autoestima la que tiene el orgulloso pues el digno es alguien capaz de reconocer errores y no por ello sentirse mal o inferior, si no ser aún más especial por ser capaz de reconocerlos. Y aquí habló La Rochefoucauld diciendo:

"Parece como si la naturaleza, que tan sabiamente ha dispuesto los órganos de nuestro cuerpo para hacernos felices, nos hubiera dado el orgullo para evitarnos el dolor de conocer nuestras imperfecciones".

Quien sabe que no se sentirá dolido reconocerá esas imperfecciones lo que le permitirá ser mejor persona. Pues en esa capacidad estará su fuerza.

“El orgullo y la debilidad son hermanos gemelos.” James Russell Lowell

Pero la línea para caer en el orgullo es tan delgada, que en las ansias de no hundirnos en lo indigno tendemos a entender la dignidad en exceso hasta caer en la soberbia, el peor de los defectos. Y es virtuoso quien es digno, y no quien es orgulloso. La virtud del equilibrio que te permite aprender y mejorar porque no te crees un ser superior que ya ha tocado la cimera. Pues como dice Fontanelle:

“El orgullo es el complemento de la ignorancia”


Quien no encuentra en sí su ignorancia no buscará las respuestas. Quien no duda no encuentra la verdad y quedará anclado en el error.

El digno sabrá pedir disculpas, el orgulloso jamás será capaz de descender de su pedestal para hacerlo pues sería reconocer, no ante los demás realmente, sino ante sí mismo, que no es tan perfecto y no es suficientemente fuerte para soportar esa verdad. Y ya lo dijo Carl Gustav Jung:

"A través del orgullo nos engañamos a nosotros mismos"

Y añadiremos un problema y es que:

“El mal genio es lo que nos mete en líos. El orgullo es lo que nos mantienen en ellos.” Neil Simon.

La disculpa permite que el error que cometimos por la rabia no se perpetúe en el tiempo. Y no será humillación sino grandeza. Lo que importa es levantarse, no evitar la caída. A veces, con un simple “lo siento” puedes conseguir lo que más deseas. Creo que merece la pena bajar los pies a la tierra desde el altar para lograrlo. Un simple destello de humildad puede ser la diferencia entre perder o ganar, entre ser feliz o desgraciado.

Tristemente cuando la disculpa se dirige a un orgulloso, tras hacer uso de tu humildad, habrá quien lleve la soberbia a tal extremo que no sea capaz de poner un poco de su esfuerzo en pos de la normalidad solicitada. No será capaz de descubrir la dificultad que supone pedir perdón sin darse cuenta que él ni siquiera es capaz de dar ese primer paso, pues siempre cree que son los otros quien se deben “rebajar”, y aún así, sentirá que aceptar esas disculpas sería como reconocer algún error. Llegarán incluso al cinismo de pronunciar frases del estilo "¿esta es tu forma de solucionar, pedir perdón?", cuando él no llega a ser capaz ni de hacer eso. Y tu disculpa o tu petición caerá en el vacío. Que resumía Cesare Pavese con estas ilustrativas palabras:

"He aquí la prueba de que todo en ti es orgullo. Ahora que has reconquistado el permiso de telefonearle y escribirle, no sólo no lo haces, sino que siquiera sientes la necesidad ardiente de hacerlo"

Y si le preguntas si necesita ayuda, te responderá de forma maleducada, pero si es él quien debería ayudar, su orgullo no le permitirá hacerlo, pero como siempre, el que sufrirá las consecuencias, como siempre, es el humilde, pues es él quien se queda sin la ayuda.

Y así, será como intentar derribar un muro de diamante, una tarea inútil y desagradecida, que encima te desgasta hasta la extenuación. Tratarás de derribarlo una y otra vez sin resultado hasta volver a la realidad y dejar de intentarlo. Y si algún día el muro se debilita y sería posible derrumbarlo tú ya no estarás ahí ni tendrás fuerzas para volver a probar, como la historia del elefante pequeño que luchó incesante por liberarse de su grillete hasta que desistió de sus esfuerzos comprendiendo que no podría y cuando creció y pudo romperlo, ya fue tarde, pues sus experiencias vividas le habían minado de tal manera que terminó aceptando la condición y quedó atado y preso para siempre, pues no volvió a luchar por romperlo. Ya no le anulaba la realidad sino sus propias barreras mentales forjadas tras duros esfuerzos infructuosos.

Sócrates incluso fue más allá diciendo:

“El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.”

Pues esa soberbia llevará a maldades encubiertas y a la destrucción indirecta de personas en la incesante lucha por no querer levantarse de ese trono. Pues es un endiosamiento que no se puede mantener sin pasar por encima de alguien.Y afectará a niveles tan variados como el personal, el social y el profesional.

“A gran orgullo, alma pequeña” Jaime Tenorio Valenzuela

Pues muy posiblemente sean personas vacías y con el alma podrida.

El orgullo será el estandarte de la maldad humana, pero también de la mundial.

“Los cinco enemigos de la paz que viven entre nosotros son: miedo, avaricia, envidia, odio y orgullo. Elimínelos y tendrás una paz permanente” Anónimo

El orgullo como fuente de separación entre los hombres. Entre hombres incapaces de perdón y cordialidad.

“Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide”. Aguste Comte

Y es que es el orgullo el que hace que el mundo no sea un mejor lugar donde vivir.

Cuando la solución está más cerca y es más (relativamente) fácil de lo que pueda parecer:

“El orgullo divide los hombres, la humildad los une.” Anónimo

Y siempre quedó alguien que creyó en la justicia del mundo y en que al final se recibe lo que se merece. Como Amado Nervo:

“Si eres orgulloso conviene que ames la soledad. Los orgullosos siempre se quedan solos”

Aunque ésta no es más que la frase optimista de quien no quiere sentirse desdichado al ver que el orgulloso triunfa y obtiene el amor que no merece. El que tiene la suerte de que los demás no le tratan a él como él trata a los demás. Desgraciadamente siempre tendrán sus seguidores, aquéllos a los que les permitirá estar a su lado porque no le recuerdan su debilidad y necedad, el conocimiento de sus limitaciones que no podría soportar, porque, como les necesita para no quedarse solo, ante ellos el orgulloso no se muestra y éstos no lo logran ver.

Y aunque así fuera, y solo se quedara, habrá decapitado a mucha gente en su trayecto.

La soledad tendría que haber llegado antes de que se iniciase en su camino.

“La más segura cura para la vanidad es la soledad”. Thomas C. Wolfe

Y es que, quien se permite estos lujos es porque nunca conoció la dificultad, viviendo siempre protegido en la burbuja. Pues quien conoce las durezas de la vida deja de juzgar duramente a los demás y aprende a comprender. Aprende a reconocer la necesidad pues él ya la vivió, y aprende a disculparse y disculpar.

Alguna vez me planteo, ¿por qué debemos tener compasión de los soberbios? Porque quizá lo que habite en su alma no es el orgullo sino la angustia. Pero la experiencia de las atrocidades que comenten me hace dudar de esta afirmación.

El orgullo es un fruto envenenado que sólo pueden digerir quienes, por su falta de experiencias, no ha comprendido nada de la vida.


No hay comentarios: