martes, 17 de junio de 2008

Fábulas en la red II

La Tortuga, el Gato y la Pantera (Capítulo 2º)

Gato: …lo bueno es discutir las cosas y no creerse poseedor de la verdad absoluta. Decía Himmler, creo, no error, decía Goebbels que, una mentira repetida muchas veces se convierte en una verdad.

Pantera: Ya, el problema al discutir es que hay que dar cierta autoridad y tener cierta seguridad en que se tiene la razón porque lo que llega al resto es, lo que acabo de decir, esa “seguridad”. El que reconoce “puedo estar confundido”, “es sólo mi opinión”. Desgraciadamente, se hundió a sí mismo. El problema es que la mayoría de Animales no ve más allá de sus hocicos. No se fija en los detalles. Juzga tanto al resto de la Manada como a los argumentos por lo superficial. Te voy a poner un ejemplo un poco triste y patético pero bastante ilustrativo. Si la Cigarra está todo el día diciendo que tiene mucha música, que tiene mucha música, que tiene mucha música, que le gusta tener de todo, de todos los tipos, pilas y pilas de discos, etc., etc., etc. Si lo repite muchas veces. Ten por seguro que oirás a los demás diciendo “claro, es que la Cigarra tiene un montón de música”. Tal vez, el Periquito, que estaba al lado un día, al hilo de una conversación, dijo “pues yo tengo milecientos discos”, resultando que tenía muchos más que la Cigarra pero (siempre hay un pero), como no lo repitió ochocientas mil veces, pasó desapercibido. Así, el Periquito se tendrá que quedar callado mientras ve como idolatran a la Cigarra con frases como “guau, la Cigarra tiene un montón de discos”, y se quedará pensando “¡hay qué joderse, que yo tengo más y encima delante de mis antenas ellos alaban a la Cigarra! ¡Si es que no escuchan!”

Gato:
Por lo que veo tú no estabas en el equipo de debates de tu instituto animal jejeje. Pero es cierto, los políticos, como bien has dicho son unos demagogos de hocicos. A mí los Bichos así la verdad es que los tengo bastante calados y no me llegan mucho, pero a los demás sí. Luego, si encima son “guays de la muerte” ya, ¿para qué hablar más?

Pantera: Los “demás” son tristemente “casi todos”. Hay que estar continuamente demostrando para que vean, porque el Mundo Animal está ciego como los Topos. ¡Qué alguien se queja un montón!, “pobrecito, es que tiene muchos problemas”. No tiene porqué. Igual el de al lado tiene más pero no se queja. Que uno da muchos besos, “¡ay!, ¡cómo quiere a la gente!”. Lo mismo no hace nada por ellos y el Búho que está al lado no da ningún beso pero vive cada día en una continua ayuda a los demás en pequeños detalles. Da igual. Los Animales no se dan cuenta. Llevo observando esto desde que aún me amamantaban y no cambia. Somos muy flojillos para captar la esencia de todo.

Gato:
La Manada es superficial y sólo se fija en los Animales que venden su dolor.

Pantera: Ahí estamos. Muy buena ésa. Su dolor o su “lo que sea”.

Gato:
Y es cierto eso de que la gente con problemas gordos a lo mejor se los guarda y otros con menos se quejan y todo el mundo dice pobrecillo, ¡qué pena!

Pantera: Por eso tantos Animales tienen la necesidad de estar todo el rato “Yo, yo, yo, yo y yo…”, porque internamente saben que si no lo hacen, no se les hará ningún caso. En realidad, socialmente es más inteligente este tipo de conducta y de ahí la dificultad de lo de “lo que haga tu mano derecha que no lo sepa tu izquierda”. Todos necesitamos cierto reconocimiento, y como los Bichos no se enteran sin más, de lo que haces, pues tienes que andarlo diciendo en voz alta. Porque es muy duro que jamás se te reconozca nada. Joe, ya te digo que tengo teorizado sobre esto desde que aún era una Pantera chiquitita, aunque mal desarrollado.

Gato: Jejeje, eres la mejor. Pero es cierto, realmente si un árbol se cae en mitad del bosque y nadie lo oye… pues claro que se ha caído, otra cosa es que tú te enteres. “Quien no llora no mama”. Gran verdad.

Pantera: Sí, es una gran verdad. Desgraciadamente.

Gato: Pero con el sexo es igual.

Pantera: ¡No! Siempre pensando en lo mismo.

Gato:
Por supuesto, jajaja.
Pantera: En la utopía ideal no haría falta llorar, nos…

Gato:
Quiero decir para ligar.

Pantera: Jajaja, shhhh, que ya no te hago salir de esa conversación si te dejo seguir por ahí ahora. Como te iba diciendo. En una utopía ideal no haría falta llorar (en el sentido simbólico de la palabra), nos darían de mamar porque se darían cuenta que lo necesitamos. Pero es una utopía.

Gato: Es lo que hay, lo aceptes o no. Tampoco por eso hay que volverse un demagogo superficial que sólo busque reconocimiento. No ves a los Animales famosos, seguro que después de retozar con tantas Jirafas modelos y ser alabados por todas sus gilipolleces, en el fondo se sienten vacíos e intentan dar sentido a sus vidas huecas. Unos hacen una ONG de protección de los Humanos, otros les da por ir de Gorilas alternativos buscando musas que nunca han oído ni oirán y los más sensatos se suicidan viendo en lo que se han convertido.

Pantera: Jaja, cierto. Pero en el fondo gusta sentirse reconocido. Es una necesidad Animal natural. Y da una rabia enorme que tengas que gritar a los cuatro vientos y que la Manada no se dé cuenta sin más. Llevo buscando desde que era esa Pantera pequeñita Animales que vieran más allá, y pensaba que con la edad los Animales mejorarían en ese aspecto. Y resultó que no era una cuestión de la edad. Era algo de los Animales en sí mismos.

Gato:
Yo creo que en parte es innato pero, como todo, puede aprenderse.

Pantera: Buf, es jodido. Porque justo los que menos ven son los que menos quieren ver. Si coges al Halcón y le hablas de esto y ves que se esfuerza, es porque en el fondo ya tenía una semilla dentro y ya, de antes, veía más allá que los demás o, al menos, se preocupaba de no juzgar de maneras tan simplistas. Pero al Topo, que lo hace, le dices esto y aún te dice que es mentira que él es la ostia y que no juzga de forma simple. Lo que coincide normalmente con que ni siquiera se ve a sí mismo (pero ni se te ocurra decírselo porque te pondrá de necio para arriba). No tienen las mentes abiertas a la posibilidad de estar equivocados.

Gato:
Hay Seres más predispuestos por sus genes o por su ambiente, pero yo creo que se puede aprender.

Pantera: Por la educación de cachorrillos también. Tú le explicas estas ideas a los pequeñines y es una gozada, porque lo absorben y cuando sean hábiles y corpulentas fierecillas, les vendrán a la memoria estas palabras. Es genial.

Gato:
Es más, me parece que leí algo sobre la comunicación entre Animales y por lo visto es gran parte aprendido.

Pantera: Cuando ya se es Pantera adulta, buf, empieza a complicarse la cosa. Porque precisamente el núcleo duro serán los que dicen con orgullo “yo ya no voy a cambiar”. No es para estar orgulloso precisamente; estás reconociendo que has perdido la capacidad de cambio y por tanto la de aprender, estás estancado. Y decimos esto desde que estamos en la Pubertad. Es terrible. Estás reconociendo que te estancaste en la pubertad como si ya hubieses desarrollado una personalidad maravillosa que no debe ser modificada. Pero orgullosos están. Lo de aprender a ver más allá es como divagar y filosofar, si no te acostumbraste desde cachorro, encima te ven como a un Humano raro. Es educación. Si te educan pensando que filosofar es bueno, al que filosofa le ves como a un Animal guay. Si te educan en lo pragmático, al que filosofa le ven como a un Ente raro y un rallado.

Gato:
Y lo peor es que encima se creen superiores, o eso quieren hacer ver, porque en el fondo creo que lo que tienen es envidia. De ahí lo de meterse con el Ratón empollón de la clase.

Pantera: Cierto. Depende de en qué sociedad vivas. Pero la sociedad actual nos enseña a valorar más lo pragmático. Depende de tu entorno. Yo pienso que muchas veces es que, muy internamente, saben que es bueno filosofar (por usarlo como ejemplo). Pero no quieren que nadie les haga ver que ellos son nulos en eso. Como no quieren sentirse inferiores (pues necesitamos estrategias para no sentirnos mal o viviríamos sumidos en la miseria) deciden que el problema le tienen los otros. Mira, eso sucede también con los Bichos que ayudan y son altruistas, como los Castores. El que no lo es, en vez de apoyarles y reconocer “yo no soy capaz de hacer lo que tú haces porque soy de otra raza, pero, ¡ole, tus hocicos!”, como no quieren tener ese sentimiento de “humillación” (cuando no debiera ser humillación) prefieren intentar demostrar racionalmente que “se están metiendo en un follón”, “no vale para nada”, “ellos solos no pueden hacer nada” (y eso que si miras atrás en el tiempo y tienes leves conocimientos de historia, los grandes acontecimientos los definieron animales aislados), “la construcción de la presa es cosa de nuestros Gobernantes Animales”, etc., etc. Y, tal y como lo que sucede con los buenos mentirosos que se creen sus mentiras; estos Animales en realidad se están intentando convencer a sí mismos, y lo consiguen, porque prefieren eso que sentirse mal por no hacer nada. Lo malo es que encima hunden a los Castores, en vez de animarles, y a veces incluso les hunden delante de otros Animales. Pues si logran que los demás piensen como ellos, su sensación de que tienen la razón aumenta y creen aún con más fuerza que no merece la pena ayudar. Terrible.

Gato:
Es que es culpa de los Gobernantes Animales. Pero lo más triste es que nosotros votamos a esos Gobernantes, luego, al final, la culpa es nuestra. Pero en esta vida, hay que ser duro con quien es duro contigo; y bueno con quien es bueno contigo. Yo prefiero autorrealizarme como Felino que ser el jefe de una panda de Neanderthales.

Pantera: Jajaja. Pero como somos Bichos sociales, necesitamos la aceptación del resto de la Manada. Y, sinceramente, en el fondo, Debemos ser sociales. No podemos pretender aislarnos. No es bueno. Ni es soportable normalmente. De ahí lo mucho que se valoran actualmente las “habilidades sociales”. Es realista, al final lo “inteligente” es tener habilidades sociales. Es decir, saber jugar con todo ese vacío que tienen los Animales.

Gato:
Inteligencia Emocional.

Pantera: Uhm. No exactamente. Porque la inteligencia emocional habla por un lado (pues es más complejo que eso) de la importancia de la Empatía. El “Inteligente Social”, no es el empático precisamente, sino, el que sabe jugar con la empatía y manipularla.

Gato:
Un poco sí.

Pantera: Cuando se empatiza no se manipula, con lo cual el empático, en esta Manada, la cagó. El “inteligente emocional” es capaz de reconocer errores porque no por ello se siente inferior, es mucho más grande que el resto por eso, pero reconocer errores aunque debiera engrandecernos frente a los demás, resulta que nos hace aparecer como inferiores. Socialmente no está bien visto.

Gato:
Bueno, pero para manipular hay que tener cierta empatía.

Pantera: Sí, claro, pero hay que tener empatía sin escrúpulos. No te tiene que importar que puedas estar haciendo daño a alguien. La empatía es más compleja, pues sientes casi perfectamente lo que otros sienten. Te sería imposible hacerles daño o manipularles, pues te hace desarrollar una conciencia y un sentido de la justicia demasiado profundos.

Gato:
Sólo conseguir de los demás lo que buscas en mayor o menor grado.

Pantera: Efectivamente. Hay que tener un cierto nivel de empatía. Pero no mucha. Empatía más bien en el sentido de comprensión del funcionamiento de la mente humana, pero es que eso no es del todo la empatía, como definición no es exacta.

Gato:
Yo al decir inteligencia emocional no me refiero a la empatía. Sino a la habilidad para interpretar las reacciones de los Animales y saber utilizarlas en provecho propio. Sería la manipulación.

Pantera: Lo que pasa es que la segunda parte se sale ya de la llamada inteligencia emocional. A ver, ejemplo rápido. Es como la Ciencia y la Tecnología. La Ciencia no tiene nada malo, está ahí. El problema está en la utilización tecnológica de esa Ciencia. Pero, ya hablamos de Tecnología buena o Tecnología mala. La Ciencia sería la Inteligencia Emocional, la Tecnología sería la parte de manipulación.

Gato:
Por ejemplo, si yo tuviera inteligencia emocional te convencería para que vinieras a ferias pero como no la tengo pues te quedas en tu Selva. Así que, jódete.

Pantera: No, si tuvieras inteligencia emocional, te habrías dado cuenta de que quiero ir y no puedo y no me lo recordarías. Bueno, gatito, acabé el desayuno y te voy a dejar. Disfruté mucho con la conversación mañanera. Me voy a clase.

La Tortuga se dio cuenta de que aquella conversación la estaba dando somnolencia y que ya el sol empezaba a llegar a su cénit y tenía aún que llegar a casa. Así que se marchó en ese momento. Durante el paseo, realmente lo único que pululaba por su cabeza era ¡uhm, Ferias! ¡Hay que liarla! Lo que no sabía era que la semilla del pensamiento se había plantado en su interior y que en un futuro, la Tortuga crecería con una mente muy abierta y viajaría aprendiendo, con un lento caminar que le permitiría observar cada ínfimo detalle.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola PANTERA, la cita de al principio es de Goebbels no de Himmler. Espero que al final del cuento la pantera no se coma al gato, o sí?

Roxa dijo...

Su corrección será modificada en breves instantes. Y, ¡ya quisiera el gato ser comido por la pantera! ¡qué gran honor juasjuasjuas! pero como acaba de desayunar pues no tiene hambre, además que pertenecen a la misma familia, joder, gato y pantero, primos terceros o algo asín, y a la familia se la respeta.

Unknown dijo...

pues tranquilos q los hijos no saldran tontos.jeje
venga q os sea leve

Roxa dijo...

dudu, dudu, a ver si vamos a tener perro grande para cenar...

Unknown dijo...

vale pero hay otro pequeño de entrantes si quieres
jajaja

Roxa dijo...

¿a quién hay que cocinar, a quién, a quién?